sábado, 21 de febrero de 2015

Sobre Grecia y sobre la división subjetiva del militante crítico (Apuntes sobre el populismo, 26)

Todos, comentarios en Facebook.
  • Me conozco el percal y éste es el típico estado que se va a llevar muy pocos “likes”, porque casi todos los "aludidos" o "implicados" van a pensar que soy el enemigo, o bien, que no siendo de los suyos mejor no darme pábulo ni llamar la atención sobre lo que digo, que luego se pueden arrepentir. Pero en realidad lo que intento es ser lo menos schmittiano posible en el interior de Podemos, para que luego podamos crear antagonismos veraces y eficaces contra la casta en la contienda política. Voy al grano:
    En Claro que Podemos hay gente muy honesta. incluso gente que defendió propuestas organizativas enfrentadas a la del núcleo promotor, mucho más asamblearias y horizontales, pero que ha decidido integrarse en estas listas porque ha visto claro que hay que trabajar por un cambio radical y vérselas con los gigantes, y no con los molinos de viento. También los que estratégica y honestamente han apostado por un modelo que creen que será más efectivo y ágil electoralmente, y muchos que apostaron por Podemos antes de que otros viéramos que era el futuro y el lugar desde el que luchar. Junto a estos, hay trepas, algún hooligan cuyo único bagaje político es el culto fanático a los líderes, y gente que viniendo de fuera completamente ha visto una oportunidad abierta para colocarse en la vida, dados los buenos augurios en las encuestas para Podemos. No juzgo a nadie por su pasado, que todos los tenemos, sino por cómo ha actuado en el presente y si ha repetido o no el mismo patrón que utilizó para colocarse al rebufo del PSOE e, incluso en algún caso, del PP.
    En las otras listas y entre los independientes hay gente muy honesta, que intentan con limpieza ser auténticos representantes de la voluntad popular, gente que ha llegado de nuevas a la política o que llevan años trabajando en silencio y sin ventanas de difusión en causas y movimientos sociales. Gente, en definitiva, que apuesta más por un modelo asambleario y de control popular de los cargos ejecutivos, desde una política radical-democrática que busca la coherencia máxima entre los principios morales individuales y los de la acción y organización política. Ahora bien, también nos podemos encontrar ahí mucha gente que se ha instalado en la queja agónica y perenne, que ha trasladado frustraciones personales –todos las tenemos, sin duda- a Podemos y que ha acabado odiando más a los compañeros de las listas ganadoras que a la casta.
    Por eso, pienso que el sistema de listas está pervertido en su origen y que crea falsos antagonismos y falsas distinciones amigo-enemigo en el interior de Podemos, y que habrá que pensar en un tipo de articulación de candidaturas más justo y eficaz en el futuro. De ahí, y aunque la aplicación del Agora Voting (con una interfaz manifiestamente confusa y muy poco intuitiva) no lo ponga fácil, que sea responsabilidad de los electores –el sistema nos concede un poder inmenso, si no lo regalamos- confeccionar nuestra lista individualizada antes de votar y por eso también, no me he mostrado a favor explícitamente de ninguna lista (ni persona), aunque haya criticado las actitudes que no me parecían de recibo, y he compartido en las redes sociales contenidos de todas.
    (Sólo una advertencia final: si estás cabalmente de acuerdo con lo que digo, pero no das like, para no difundir a alguien que no es “de los nuestros” o si discrepas honestamente y no intentas refutarme –con una mínima cordialidad democrática, claro- para alimentar el debate morirá un gatito ) (13 de febrero. Evidentemente, un ejercicio de retórica persuasiva. No le demos más importancia de la que tiene ;) )
  •  Lucidísmo análisis del populismo por Juan Domingo Sánchez Estop. Le he dejado allí también este comentario:
    ""El análisis me parece magnífico. Evidentemente nos estamos cargando el pluralismo a base de trascendentalizar e hipostatizar las operaciones retóricas de las que habla Laclau. El problema es que en vez de utilizarse como un método heurístico o hermenéutico se está usando como una algorítmica, para manipular y predecir resultados de acciones de implementación de tendencias y liderazgo que acaban siendo puro márketing político.
    Por aportar algo desde el lado lado del psicoanálisis, el problema de Laclau (muy agravado por el schmittianismo de Mouffe, creo yo) es que la distinción de los tres órdenes se pierde completamente. Es decir, que las operaciones retóricas y simbólicas parecen autónomas,esto es, sin tener en cuenta sus consecuencias imaginarias y su componente "real", nada menos que la agresividad y la pulsión de muerte.
    No se puede entender la idea de significante vacío sin ponerla relación con el Sq (pivote esencial de la transferencia) y el S1 (el significante amo). Claro, esto da como consecuencia un manejo de los afectos que lleva a la pasión ignorante, a un concepto lógicamente totalitario del populismo, como muy bien apuntas, en los cualquier heterón, cualquier germen de pluralidad es arrollado por la uniformidad y la adoración al líder. Peligrosísimo." (17 de febrero)
  • Rodrigo López Muñoz, una vez más lo clava (lo que yo pienso, al menos):
    "Tras las tardías pero claras y sólidas explicaciones de Monedero comienzan a aflorar en las redes los típicos 'hooliganismos' podemeros sacando pecho en defensa del líder con argumentos vacíos e infantiloides. Está muy bien que haya comparecido y que haya sido firme en su alocución pero oiga, ni la ruindad de los medios del régimen ni la prepotencia ciega de esta gente. Tan nocivo es un comportamiento como el otro. Y peligroso, porque no les deja ver más allá."
    Las formas y no la ficción de las indentidades contenidísticamente positivadas son el estilo en política. Y el estilo es el sentido, no una supuesta semántica programista y adoratriz. Cuánto daño está haciendo la justificación absoluta del antagonismo, la impostación pasional -que no apasionada- del irracionalismo ante la evidencia de que la razón no puede con lo universal. Estamos yendo de un esencialismo a otro, tan metafísico como el racionalismo neoliberal consensualista. Y es una pena, porque si quedara un margen de silencio, una angostura por leve que fuera para el pensamiento, nos estaríamos acercando sin duda a la transformación más radical de la realidad social que hayan visto siglos enteros. Pero ello es imposible sin un nuevo estilo subjetivo, ése que está siendo ahogado por el griterío de una plebs ensordecida que no se da la oportunidad de ser populus, de las identidades buenas que impiden que el pensamiento concurra al proceso de emancipación y convierta la euforia pulsional en pasión política. En fin, y en román paladino, que muchos de los que hoy están gritando por Pablo Iglesias o por Monedero, lo estarán haciendo por Alber Ribera de aquí tres o cuatro años, sin noticia alguna de un sentimiento moral llamado vergüenza. Al tiempo. Necesitamos paciencia y no desfallecer. Y cuidarnos de los idus de marzo.
    Si alguien nos explicó con qué fuerza podía imponerse las ficciones, no fueron los clásicos, sino los barrocos. Os dejo con Shakespeare, Mankiewicz y Brando. Saben lo que los romanos ya sabían.
    (Perdón por subir la versión doblada, pero no he encontrado la secuencia entera en inglés. El doblaje es magnífico, todo sea dicho. No tanto la calidad de la imagen). (20 de febrero)
    • Yo también votaré y defenderé a Podemos. De la casta y de los hooligans que alejan a mucha gente.
  • Cuanto uno más admira al gobierno griego más profundo desprecio siente por el papel de capataz de esclavos del gobierno español, asumido con total desvergüenza y chulería. (18 de febrero)

  • Curioso un país en el que ser un patriota significa estar casi siempre apoyando a otro país contra las políticas del propio gobierno, que lo considera el enemigo de los interseses de la nación. Desde apoyar a Francia contra Fernando VII, a apoyar a Grecia contra Rajoy. La primera como tragedia, esta última como farsa. Las innumerables del medio como oprobio. Qué curioso eso de ser español. Da lo mismo de sentimiento o de carné. A efectos prácticos no hay mucha diferencia. Hoy ser un patriota en España es apoyar a Grecia contra el gobierno de España. Déjà vu. (19 de febrero) Un par de respuestas a personas que se indignaron por mi uso de la palabra "patria" en este contexto:
    • Pues claro que no existe la patria. No hay Otro del Otro. Eso no nos evita nombarlo continuamente. Podemos servirnos del Nombre del Padre a condición de no creer en él. Es lo que pretendía hacer. Claro que los hay que creen en él como se cree en los demonios familiares o en los espíritus malignos, y entonces caemos en la superstición de que nombrarlo es invocarlo.
    • El problema -creo que es la primera vez en mi vida que me (nos) llaman "intuitivista"- es que me parece que las dos personas que se han puesto un poquito al monte escriben desde un país como la Argentina donde la patria efectivamente parece ser un "concepto". Yo he escrito desde España, sin ningún afán universalizador, sino al revés, un poco de coña. Éste es un estado plurinacional y la palabra patria siempre rebosa ironía, porque siempre que se usa aquí acaba siendo cualquier cosa menos un concepto unívoco. Yo entiendo que el sustrato peronismo/antiperonismo lleva a una dialéctica distinta. El antiperonismo puede llegar a ser el mejor exportador del peronismo al ver peronistas por todas partes....
Recapitulando:



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